El tiempo es el recurso más escaso, y a menos que sea bien administrado, ninguna otra cosa se puede administrar.
Peter Drucker

lunes, 20 de julio de 2015

Gestión del tiempo: Las dos vecinas

Yo tengo dos vecinas, nos comentaba un participante del curso Gestión del tiempo, que son completamente diferentes en cuanto a la forma de organizarse. Una de ellas se levanta todos los días a las 5 de la mañana y desde ese momento se acaba la paz en el vecindario. Despierta a los niños, comienza a hacerles el desayuno, les insiste para que se preparen para ir al colegio, apura al esposo, prende la lavadora, saca la basura; en fin, intenta hacer muchas cosas al mismo tiempo y en más de una ocasión los niños no están listos cuando llega el transporte escolar, por lo cual el esposo tiene que salir corriendo para llevarlos en su vehículo a riesgo de llegar tarde a su trabajo. La otra, por su parte, se levanta una hora más tarde y se enfoca en preparar a los niños para que estén listos y desayunados cuando llegue el transporte, lo cual logra sin ajetrearse demasiado. Luego, se dedica a sus otros deberes hogareños.

El grupo de participantes concluyó en  que esta situación se presenta muy frecuentemente en sus sitios de trabajo. Existen personas que son pura actividad y logran pocos resultados. Otros, por su parte, con mucho menos esfuerzo logran más resultados, ¿Cuál es la diferencia? Los primeros se enfocan en sus actividades, son reactivos, y actúan sin pensar en las consecuencias de sus acciones. Los otros, por su parte, son proactivos, deciden cuál actividad contribuye al logro de resultados, y se enfocan en ella. Una vez terminan con esta actividad, repiten el proceso.

Todo aquel que quiera hacer un buen uso de su tiempo debe ser proactivo. Debe decidir primero cuáles actividades contribuyen al logro de resultados y luego dedicarle tiempo de calidad a esas actividades. Cuando se presenten dudas, es conveniente preguntarse, ¿esta actividad contribuye al logro de mis objetivos? Si la respuesta es NO, deberíamos apartarla y concentrarnos en otra actividad que SI contribuya.
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Próxima publicación:  El telefonito es...


Fecha estimada de publicación: 3 de agosto de 2015

lunes, 6 de julio de 2015

Gestión del tiempo: Los devoradores de tiempo

Andre Maurois, en su obra “El arte de vivir” (1910), nos regala una frase, tan vigente como contundente, en relación al tema que abordaremos en esta oportunidad: "La eficacia del trabajo va creciendo en una proporción geométrica si el trabajo no se interrumpe. Así, es un deber para el trabajador el apartar a los devoradores del tiempo. Estos no tienen piedad. A quienes no le resisten, le tomarán hasta su último segundo, sin pensar un instante que este hombre, bien dejado a solas, hubiera podido hacer un trabajo precioso.  Con ellos la bondad, la paciencia, son graves faltas. Hay el deber de tratarlos duramente, porque aceptarlos sería un suicidio"

Ciento cinco años después, la realidad es la misma. Si bien la tecnología nos ha brindado herramientas para ayudarnos en la labor de “administrar” nuestro tiempo, el hombre sigue siendo hombre, con sus virtudes y sus defectos, y hace uso de esas herramientas para bien, o para mal. Este es un tema que abordaremos próximamente.

Durante el desarrollo de nuestros talleres le dedicamos una sección a este tema y generalmente se suscita una discusión muy interesante acerca de los dos tipos de “devoradores de tiempo”: los externos, aquellos que provienen del entorno, y los internos, los que provienen de nosotros mismos. Al principio, salen a relucir los externos: me interrumpen a cada rato, el teléfono, las reuniones, el tráfico, el correo electrónico, y pare de contar, pero poco a poco los participantes se van dado cuenta que muchos devoradores que parecen externos podrían minimizarse, o incluso eliminarse, si los internalizamos si mejoramos nuestra planificación, nuestra actitud, y tomamos acciones contundentes para “enfrentarlos”. Por ejemplo, “me interrumpen mucho porque no sé decir no”, “me involucro en cualquier actividad porque no planifico mis actividades en atención a su importancia”, “siempre llego tarde porque nunca salgo a tiempo”.


Para muchos no es fácil llegar a estas conclusiones. Están acostumbrados a actuar reactivamente,  usan su tiempo de acuerdo a las circunstancias del momento y a los requerimientos de los demás. En este caso, siempre tendrán asuntos pendientes, generalmente aquellos que son muy importantes y dependen de ellos mismos. Una vez se dan cuenta de que tienen el poder de decidir cómo usar cada minuto, estarán preparados para enfrentarse decididamente a los devoradores y en capacidad de  asumir el control de su tiempo… y de sus vidas.


Próxima publicación:  Las dos vecinas


Fecha estimada de publicación: 19 de julio de 2015