Andre Maurois, en su obra “El arte de vivir” (1910), nos regala
una frase, tan vigente como contundente, en relación al tema que abordaremos en
esta oportunidad: "La
eficacia del trabajo va creciendo en una proporción geométrica si el trabajo no
se interrumpe. Así, es un deber para el trabajador el apartar a los devoradores
del tiempo. Estos no tienen piedad. A quienes no le resisten, le tomarán hasta
su último segundo, sin pensar un instante que este hombre, bien dejado a solas,
hubiera podido hacer un trabajo precioso.
Con ellos la bondad, la paciencia, son graves faltas. Hay el deber de
tratarlos duramente, porque aceptarlos sería un suicidio"
Ciento cinco años después, la realidad es la misma. Si bien la tecnología
nos ha brindado herramientas para ayudarnos en la labor de “administrar”
nuestro tiempo, el hombre sigue siendo hombre, con sus virtudes y sus defectos,
y hace uso de esas herramientas para bien, o para mal. Este es un tema que
abordaremos próximamente.
Durante el desarrollo de nuestros talleres le dedicamos una sección a
este tema y generalmente se suscita una discusión muy interesante acerca de los
dos tipos de “devoradores de tiempo”: los externos, aquellos que provienen del
entorno, y los internos, los que provienen de nosotros mismos. Al principio,
salen a relucir los externos: me interrumpen a cada rato, el teléfono, las
reuniones, el tráfico, el correo electrónico, y pare de contar, pero poco a
poco los participantes se van dado cuenta que muchos devoradores que parecen externos
podrían minimizarse, o incluso eliminarse, si los internalizamos si mejoramos nuestra
planificación, nuestra actitud, y tomamos acciones contundentes para “enfrentarlos”.
Por ejemplo, “me interrumpen mucho porque no sé decir no”, “me involucro en
cualquier actividad porque no planifico mis actividades en atención a su importancia”,
“siempre llego tarde porque nunca salgo a tiempo”.
Para muchos no es fácil llegar a estas conclusiones. Están
acostumbrados a actuar reactivamente,
usan su tiempo de acuerdo a las circunstancias del momento y a los
requerimientos de los demás. En este caso, siempre tendrán asuntos pendientes,
generalmente aquellos que son muy importantes y dependen de ellos mismos. Una
vez se dan cuenta de que tienen el poder de decidir cómo usar cada minuto, estarán
preparados para enfrentarse decididamente a los devoradores y en capacidad de asumir el control de su tiempo… y de sus vidas.
Próxima publicación: Las dos vecinas
Fecha estimada de publicación: 19 de julio de 2015
A continuación publicamos algunos comentarios recibidos. Colocamos las iniciales para preservar la identidad de los remitentes.
ResponderBorrarGracias por su buen artículo y desde otro ángulo podría decirse que devoradores del tiempo son los profesionales (médicos, dentistas, artistas, etc.) que por ineficacia y la mayoría de las veces por falta de planificación comprobada, devoran y devoran el tiempo de sus pacientes y admiradores. Saludos, CJR
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Muy bueno!.
Saludos,
PJBM
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Hola buenas tardes Profesor, por favor, podría añadir a sus cuenta mi correo personal, para recibir sus notas. Me parece que es un blog genial y no quiero perderle la pista. Muchas gracias. JV
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En parte, debemos desarrollar el carácter de la No Dependencia a efectos de no estar sometido ni a las personas ni a las circunstancias. Creo que allí radica una razón de eliminar los devoradores del tiempo. VP
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