¡Qué bien nos sentimos cuando, al final del día
de trabajo, hemos cumplido con nuestra lista de cosas por hacer!
Muchas personas han adquirido el hábito de
elaborar una lista de cosas por hacer, “TO DO LIST” que les sirva como guía para
el día que comienza. En algunas ocasiones, la lista se cumple, en otras
no. En este último caso, es probable que
la persona abandone el hábito y vuelva a trabajar por reacción. A continuación
detallamos una serie de comportamientos que pueden ayudar a que este hábito, tan sencillo como poderoso, produzca resultados positivos.
Establece una hora del
día para elaborar tu lista.
Crea el hábito de hacerlo todos los días y a la
misma hora. A algunas personas se nos hace más fácil planificar a primera hora
del día y a otras hacerlo a final de la tarde, momento en el cual planifican las
actividades del día siguiente. Esto tiene que ver con la teoría de los ritmos
circadianos, tema este que trataremos con mayor profundidad en un próximo
artículo.
Asegúrate de que las
actividades que planificas están vinculadas a tus objetivos
Seguramente vendrán a tu mente una gran
cantidad de actividades para incluir en tu lista. Si una actividad no está vinculada a tus
objetivos, no vale la pena agregarla; ya habrá tiempo para pensar en
ella. La productividad está vinculada al cumplimiento de objetivos y son esas
actividades las que te darán un sentido real de logro.
Determina la extensión
de las tareas a realizar
Al principio posiblemente no tengas una idea clara
de su extensión, sobre todo si se trata de aquellas que están relacionadas con las
redes sociales. Sugerimos que al principio vayas anotando el tiempo que consume
la realización de esas tareas. Esto te permitirá saber cuántas se podrán
realizar en un día de trabajo. Escuchamos con mucha frecuencia a los
participantes de nuestros cursos decir que siempre quedan muchas actividades
por hacer. Esto puede deberse a lo anterior. Con la práctica diaria iras perfilando
una lista de cosas por hacer que pueda cumplirse en el día de trabajo.
Establece listas
precisas, no interminables
¡Concreta! Tenemos la tendencia de anotar
muchísimas cosas creyendo, como ya lo hemos dicho, que tendremos tiempo para realizarlas. Anota sólo las actividades que son verdaderamente importantes.
Analiza el contexto en
que se está desarrollando tu jornada de trabajo
Si tu día de trabajo tiene muchas reuniones
dentro y fuera de la empresa, los momentos disponibles para ir cumpliendo tu
lista serán pocos. Lo mismo sucede si estas involucrado en la realización de un
proyecto que contempla tu participación en un equipo de trabajo. Adecúa tu lista a estas situaciones para evitar frustraciones al no poder cumplirlas.
Analiza, delega, no
postergues
¡Acéptalo! Es posible que existan muchas
actividades que has venido haciendo que no necesitan ser hechas, bien porque
son innecesarias o porque pueden ser hechas por otras personas. Analiza cuáles actividades
pueden y deben ser delegadas. ¡Delégalas! También es posible que existan tareas que, al no
ser realizadas, repites todos los días en tu lista. En estos casos debes
analizar por qué esto está ocurriendo. Probablemente haya algo de postergación.
Esta tarea puede que sea difícil, tediosa, o no encuentras la forma de
atacarla. Establece una fecha límite para hacerla y no verla más en tu lista.
Muchas investigaciones han determinado que las
personas exitosas planifican su día de trabajo y se enfocan en cumplir con lo programado. Una
buena planificación, usando esta sencilla pero valiosa herramienta, unida a la
acción positiva, puede ayudarte a incrementar paulatinamente tu productividad.
¡Éxito!
Próxima publicación: 23 de noviembre de 2015
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